jueves, 1 de mayo de 2014

CAMBIO, ¿QUÉ CAMBIO?

Los votantes costarricenses se inclinaron, en forma contundente, por un cambio. Sin embargo, revisando las expresiones y publicaciones efectuadas por el heterogéneo grupo de electores cuyos sufragios favorecieron a Luis Guillermo Solís, la aspiración de cambio, como resulta comprensible, es entendida de muy diversas maneras.
http://juandomingofarnos.wordpress.com/2011/03/30/
Para muchos de ellos, el cambio significaba evitar el continuismo, impedir a toda costa un nuevo gobierno del PLN. Un buen  sector de estos votantes estaría conforme con solo la presencia en los cargos gubernamentales de integrantes provenientes de otras tiendas y con poner un freno drástico a la corrupción.
 Para otros, las expectativas van bastante más allá, pues esperan una mayor eficiencia en la acción estatal, un gobierno con liderazgo, promoviendo el disfrute de los derechos humanos, sin exclusiones de ninguna naturaleza, actuando con  mayor transparencia y aplicando algunas rectificaciones en la orientación de las políticas públicas.
Por último, se puede distinguir a otro sector, no se sabe con cuanto nervio político y con cuanta expresión en el resultado electoral,  para el cual el cambio significa propiciar una reorientación en  el modelo de desarrollo instaurado en el país en la década de los años 80, aunque podrían aceptar la aplicación gradual de una serie de medidas orientadas en la dirección de superar el modelo en franco proceso de agotamiento.
Con un presidente cauto, maduro y negociador, como ha mostrado ser hasta el presente el presidente electo, es posible que tengamos un poco de cada cosa, en un marco de mutación paulatina, sin movimientos bruscos, teniendo presente la necesaria estabilidad en un momento en el cual el medio externo no resulta muy favorable y las evidentes vulnerabilidades, ocasionadas por el modelo de apertura económica, condicionan las aspiraciones, avances y profundidad de los cambios. La gran interrogante, en este sentido, es hasta dónde las copiosas expectativas de cambio le darán la oportunidad de mostrar, con hechos, su determinación de cambio.
En un contexto político complejo el calado de los cambios está limitado por las correlaciones de fuerzas existentes, en primer lugar, en el espacio parlamentario,  ámbito en el cual la multiplicidad de partidos representados y la diversidad de posiciones ideológicas existentes, colocan en un lugar preponderante a la negociación política. Pero, más allá de esto, existen condicionamientos y oportunidades de cambio originadas en el terreno de la sociedad civil, en el cual se mueven las organizaciones y movimientos sociales y tienen su asiento algunos de los significativos poderes fácticos, con un papel categórico en la orientación de las decisiones y las políticas adoptados en los planos públicos.
Desde hace bastante tiempo las ciencias sociales han dado cuenta de la existencia de grupos o sectores sociales sobre representados en las esferas de poder del Estado. ¡La modificación de estas asimetrías no se consigue de la noche a la mañana!
Con independencia de la presencia de estos procesos, no cabe duda en cuanto al acaecimiento de una modificación no menor en la vida política del país. Al observar la integración actual de la Asamblea Legislativa, la posición asumida por un académico, con un claro pensamiento crítico, en la presidencia del congreso, las alianzas establecidas para integrar el directorio del primer poder de la república, así como la emergencia de una nueva generación de políticos, con formas diferentes de actuación  y el llamado al diálogo y la búsqueda de acuerdos, parece evidente la aserción de un cambio.

Las expectaciones se mantendrán y la orientación y hondura de las transformaciones se irán despejando y se concretarán conforme avance el proceso político emprendido.