En un notable e inexplicable desacierto, las autoridades
gubernamentales ordenaron arremeter en contra de los productores de frijol apostados
en una vía pública en el cantón de Pérez
Zeledón. En un operativo policial efectuado en horas de la madrugada,
pudimos ver por medio de las imágenes televisivas la forma en la cual aquellos
productores eran desalojados y aprehendidos, de manera violenta, cual si de
delincuentes se tratara. En vez de atender a sus demandas y abrir un espacio de
negociación, los obnubilados funcionarios ordenaron reprimir a los agricultores.
La
prensa nos informa hoy sobre las negociaciones finalmente abiertas y concluidas
con un arreglo satisfactorio. Pero, surgen de inmediato las siguientes preguntas,
¿por qué no se actuó de esta manera antes de recurrir a la acción policial, si esto
era algo solicitado por los campesinos desde el inicio de su protesta? ¿Por qué
se tiende a reprimir las manifestaciones de la ciudadanía, en vez de prestar
atención a sus demandas? ¿Quién propicia estas torpezas gubernamentales, sin considerar la
suma de descrédito provocadas por ellas? ¿Tiene sentido agraviar a dignos
productores de alimentos, a quienes se les ha dificultado la posibilidad de continuar
aportando al desarrollo del país y obteniendo el sustento de sus familias?
La
exclusión del mercado de los productores familiares no se detiene. Estos son
los hombres y mujeres, de carne y hueso, considerados sin ningún escrúpulo como
los simples “perdedores” en la catalogada como la “nueva economía”. Estas familias, pese a su verde actividad, no
son cobijadas por la “marca país”, reservada para quienes pueden exportar,
atraer inversiones o colocarse en una posición ventajosa, en el reinante modelo
económico y en las políticas públicas en las cuales se sustenta este.
El
medio rural de Costa Rica se ha transformado en forma paulatina desde la década de
los años 80. La expansión de las actividades productivas destinadas al mercado
exterior y la multiplicación de las actividades rurales no agrícolas, entre las
cuales sobresale el turismo y otros servicios, predominan en el paisaje rural
del país. Junto a este dinámico e incesante cambio productivo, se encuentran
numerosas familias rurales con múltiples obstáculos para integrarse en el
mercado, entre los que se destacan la ausencia de políticas y acciones
institucionales efectivas, orientadas a dinamizar los territorios y los mercados
locales y a modernizar las unidades productivas familiares. No se justifica,
desde ningún punto de vista, el abandono de la producción nacional y de los
servicios básicos (investigación, apoyo
técnico, financiamiento, formación empresarial), requeridos para revitalizar
las actividades agrícolas y rurales no agrícolas, para las cuales estas
familias cuentan con un significativo potencial.
El
impulso del desarrollo rural territorial, como una política a la cual se debe
dotar con los instrumentos necesarios para su eficaz aplicación, es uno de los
mecanismos más apropiados para avanzar en esta dirección. Pero no entendiéndolo
como una política marginal, sino como un elemento esencial para promover el
desenvolvimiento de los rezagados territorios rurales.
En
vez de reprimir a los agricultores y volverles las espaldas, agravando su
situación de exclusión de los mercados y su exclusión social, introducir las
rectificaciones en el modelo generador de estas situaciones y crear las
condiciones para su integración en la economía, es el camino para retomar el
rumbo incluyente de nuestro desarrollo.

Excelente comenario, pero además la "soluciones" que se ofrecieron a los agricultores les resuelven de momento la crisis, pero el problema de fondo de pro
ResponderEliminarducción y comercialización siguen presentes.
El problema de fondo es quiénes están entre el producto y el mercado. El productor local, familiar y sencillo, está destinado a desaparecer. No tiene la fuerza necesaria para hacerse sentir. Por eso reprimieron a estas personas. Un torpeza gubernamental más. Yo agregaría: envuelta en ventajismo y cobardía.
ResponderEliminarPara la Región Brunca falta un Enfoque de Desarrollo Regional, que incluya las Organizaciones de la Región( Perez Zeledon, Buenos Aires, Coto Brus, Osa,Corredores y Golfito )en una Política de Desarrollo Regional. La Sede Regional de la Universidad Nacional podría jugar un papel importante en este proceso.
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