domingo, 8 de enero de 2012

DE PREMIOS Y ENTRENADORES


Uno de los aspectos de mayor atractivo en el futbol actual es el de la competencia en la cual se envuelven atletas, aficionados, clubes, empresas, localidades, naciones y regiones. Una dimensión estimulada por la dirigencia futbolística mundial, con su expresión particular en los diversos países, es la designación de los mejores equipos, jugadores y técnicos. Estos nombramientos amplían la competencia, generan expectación, robustecen la búsqueda de la excelencia y refuerzan la naturaleza global de este deporte-espectáculo.
Una designación seguida con mucho interés es la del mejor entrenador del mundo, así como las selecciones regionales y nacionales del técnico considerado como el más sobresaliente. En el ámbito mundial tiene lugar una fuerte pugna entre el técnico del Real Madrid, Jose Mourinho, y el del Barcelona, Josep Guardiola. En la disputa está presente la tradicional rivalidad existente entre esos dos conjuntos, considerados como  los mejores del mundo, aunque la rivalidad entre los entrenadores se remonta al período anterior a la incorporación de Mourinho al club merengue.
En 2010, el técnico portugués es elegido, por tercera vez, como  "el mejor entrenador de club del mundo"  por la Federación Internacional de Estadísticas del Fútbol (IFFHS), relegando a un segundo lugar al catalán Pep Guardiola.  Mourinho, como técnico del Inter de Milán, consiguió el Scudetto de la Liga italiana, el título de la Coppa Italia y la Liga de campeones de la UEFA. El indiscutible técnico ganador, recibía el reconocimiento al cual merecidamente se había hecho acreedor.
En 2011,  bajo la dirección técnica de Josep Guardiola, el "Barça" gana los campeonatos nacional, continental y mundial. Indicadores objetivos, claros y contundentes para que Pep reciba el reconocimiento de la IFFHS como mejor técnico del mundo. Para un madridista desde la adolescencia, como quien escribe estas notas, no le asalta la más mínima duda en cuanto al merecimiento de la distinción nuevamente obtenida por Guardiola.
            ¿Qué pasa mientras tanto en el confuso futbol costarricense durante esos mismos años?
El campeonato de invierno 2010 es ganado por Liga Deportiva Alajuelense, dirigida por el técnico Oscar Ramírez. Después de cinco años de no resultar vencedor, Ramírez conduce acertadamente al equipo manudo a la obtención del título nacional. En el momento de seleccionar al mejor entrenador de ese torneo, la distinción extrañamente recae en el técnico del equipo ubicado en el tercer lugar de la tabla general total, a diecisiete puntos del ganador. Con una serie de argumentos subjetivos, no muy claros, se escoge al entrenador de un equipo que no logró superar los cuartos de final.
En el  torneo de verano 2011 resulta nuevamente vencedor el equipo Alajuelense, teniendo como técnico a Oscar Ramírez. En tanto el entrenador galardonado en el invierno 2010 circula sin pena ni gloria por la primera división,  Ramírez conduce a la Liga a la obtención del bicampeonato.  Era de esperarse el reconocimiento en esta oportunidad al técnico doblemente ganador. Pero, ¡sorpresa!, en el complejo mundo futbolístico comprensible únicamente para los entendidos, se elige como mejor entrenador del torneo al técnico del equipo perdedor de la final ante el ganador dirigido por Oscar Ramírez. Con el argumento pueril de que el mérito recaía en el perdedor, pues había llegado a disputar la final del torneo contando con menos recursos que el triunfador, de nuevo se le niega la distinción a Ramírez.
Llegamos así al competitivo campeonato de invierno del 2011. Con equipos mejor preparados y una atractiva disputa por los puntos en cada jornada, la Liga Deportiva Alajuelense, con la dirección de Oscar Ramírez, logra el meritorio resultado de ganar tres torneos consecutivos. Las lesiones y las sanciones sufridas por varios de los jugadores alajuelenses, ponen a prueba la capacidad del técnico para enfrentar los momentos clave del certamen, pero recurriendo a los planteamientos tácticos adecuados logra salir otra vez ganador. No es frecuente en las ligas en donde se ha adoptado la modalidad de los torneos cortos, tener la posibilidad de conducir a un cuadro a la obtención de tres títulos sucesivos, alguna cualidad tendrá quien logra cumplir con tal gesta futbolera. No obstante, ¡asombroso!, empleando argumentos enigmáticos, de nuevo se escoge como mejor técnico a quien condujo al equipo perdedor ante el ganador del campeonato dirigido por  Ramírez.
El corolario de este relato pareciera ser solo uno: en el reino de la mediocridad se castiga al ganador y, sin sonrojo alguno, se premia a los perdedores.


No hay comentarios:

Publicar un comentario