domingo, 30 de septiembre de 2012

LENGUAJE DE TELENOVELA


Uno de los elementos básicos productores de identidad, en una sociedad, es el lenguaje en sus más variadas manifestaciones. Posiblemente, la procedencia particular de quienes llegaron a nuestra tierra e introdujeron la lengua castellana, convirtió el voseo, junto al ustedeo,  y no el tuteo, en nuestras formas de expresión familiar y coloquial.
Con la creciente integración cultural de la sociedad global, adquieren gran relevancia aquellos rasgos propios de la colectividad con los cuales se singulariza esta, ante el riesgo de la  uniformización. Como bien se sabe, el lenguaje es dinámico y sujeto a constantes modificaciones, esto lo hace sensible a los mensajes y voces provenientes del entorno. En un proceso de esta naturaleza, los diversos medios de comunicación y la preeminencia alcanzada por los espectáculos en la cultura de nuestro tiempo, los convierte en vehículos de especial relevancia en la transmisión de imágenes, aspiraciones, pensamientos y formas de expresión.
Un ejemplo interesante, en este sentido, es el de la extendida afición a seguir las telenovelas por parte de numerosas personas y familias en el país. La significativa porción de las programaciones de los canales de televisión dedicados a la difusión de estas transmisiones, les hacen ocupar una destacada posición en el competido rating de las televisoras. 
Las telenovelas, producidas por lo general en sociedades en donde predomina el uso de tuteo, se convierten en un significativo mecanismo de difusión de esa forma de expresión entre su público. La tendencia a imitar, entre otras cosas, las maneras de comunicarse asumidas por los actores, algunos de ellos considerados como modelos o ídolos, llevan a asumir como propios sus modos de hablar. Es cada vez más frecuente escuchar el uso del “lenguaje de telenovela” y de un tuteo no siempre bien empleado entre individuos o entre algunos grupos de la sociedad.
La percepción sobre esta situación me resulta hasta cierto punto fácil de comprender pues mi familia resultó ser “bilingüe”. Mi esposa, proveniente de Cuba, arribó al país con tan solo tres años de edad. Eso la hizo utilizar el tuteo como la forma de expresión propia de su lengua vernácula; pero hizo suyo el voseo, por su identificación con la cultura que le brindó cobijo. Esto contribuyó a la presencia en la casa de una mezcla de expresiones, la cual no me alcanzó, por mi plena vinculación con el voseo como nuestra forma de expresión.
En aquel juego de voseo y tuteo me quedó clara la pérdida de la partida cuando una noche bajé el interruptor y un sonoro, ¡coooño papi, tú me apagaste la luz! se escuchó en aquella sala en penumbras, proveniente de Ana Lucía, mi hija de tres años, quien esa noche jugaba plácidamente hasta la abrupta interrupción.
Lo cierto es que, en este contexto de intensa integración económica, política y cultural de la sociedad contemporánea,  resulta imprescindible reforzar todos aquellos mecanismos generadores de identidad, entre los cuales sobresale nuestras más profundas y propias formas de expresión. Lo contrario significa sucumbir ante la cultura mediática, diluirse en el mundo global y perder la identidad.

2 comentarios:

  1. Una cosa que he aprendido en los años que llevo viviendo en Europa es la importancia que tienen las tradiciones y que vestir los trajes típicos o participar en bailes y otros espectáculos tradicionales es motivo de inmenso orgullo para quienes lo hacen y una forma de mantener su identidad.
    En Catalunya lo del lenguaje es particularmente importante porque este pueblo se identifica a sí mismo por su idioma y lo defienden constantemente.
    Será muy bonito que en CR también defendamos nuestra forma particular de comunicarnos con mucho orgullo y deseo de mantenerlo porque definitivamente es parte de lo que significa ser ticos.
    Me gusta mucho tu reflexión papi, gracias por compartirla.

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  2. Tenés razón Lauri, en el caso de Catalunya, como en otros pueblos europeos, la lengua es un elemento de identificación muy significativo. Gracias por tu comentario.

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